Metabolito secundario

Los metabolitos secundarios son compuestos orgánicos producidos por bacterias, hongos o plantas los cuales no están directamente involucrados en el crecimiento, desarrollo o reproducción normal del organismo. A diferencia de los metabolitos primarios, la ausencia de metabolitos secundarios no produce la muerte inmediata, sino más bien un deterioro de la habilidad de supervivencia a largo plazo, la fecundidad o la estética del organismo, e incluso en ocasiones ningún cambio significativo en absoluto. Metabolitos secundarios específicos a menudo se encuentran limitados a un conjunto estrecho de especies dentro de un grupo filogenético. Los metabolitos secundarios a menudo juegan un papel importante en las defensas de las plantas contra la herbivoría y otras defensas interespecies. Los humanos usan ciertos metabolitos secundarios como medicamentos, saborizantes, pigmentos y drogas recreativas.[1]

Los metabolitos secundarios son de ayuda al organismo que los produce en funciones importantes como la protección, la competencia y las interacciones entre especies, pero no son necesarios para la supervivencia. Una calidad definitoria importante de los metabolitos secundarios es su especificidad. Por lo general, los metabolitos secundarios son específicos a una especie,[2]​ aunque existe evidencia considerable de que la transferencia horizontal a través de especies o géneros juega un papel importante en la evolución bacteriana (y, probablemente, fúngica).[3]​ Las investigaciones también muestran que el metabolismo secundario puede afectar a diferentes especies de diferentes maneras. Por ejemplo, en un mismo bosque, cuatro especies separadas de folívoros marsupiales arbóreos reaccionaron de manera diferente a un metabolito secundario en eucaliptos.[4]​ Esto muestra que diferentes tipos de metabolitos secundarios pueden dividirse entre dos nichos ecológicos de herbívoros.[4]​ Además, ciertas especies evolucionan para resistir los metabolitos secundarios e incluso los usan para su propio beneficio. Por ejemplo, las mariposas monarca han evolucionado para poder comer algodoncillo (Asclepias) a pesar del metabolito secundario tóxico que contiene.[5]​ Esta capacidad además permite que la mariposa y la oruga sean tóxicas para otros depredadores debido a la alta concentración de metabolitos secundarios consumidos.[5]

  1. «Secondary metabolites - Knowledge Encyclopedia». www.biologyreference.com. Consultado el 10 de mayo de 2016. 
  2. «Genetics and biochemistry of secondary metabolites in plants: an evolutionary perspective». Trends in Plant Science 5 (10): 439-45. October 2000. PMID 11044721. doi:10.1016/S1360-1385(00)01741-6. 
  3. «Genomic islands: tools of bacterial horizontal gene transfer and evolution». FEMS Microbiology Reviews 33 (2): 376-93. March 2009. PMC 2704930. PMID 19178566. doi:10.1111/j.1574-6976.2008.00136.x. 
  4. a b «Four species of arboreal folivore show differential tolerance to a secondary metabolite». Oecologia 176 (1): 251-8. September 2014. PMID 24974269. doi:10.1007/s00442-014-2997-4. 
  5. a b «Chapter 24: Natural products (secondary metabolites)». Natural products in chemical biology. Hoboken, New Jersey: Wiley. 3 de julio de 2012. pp. 1250-1319. ISBN 978-1-118-10117-9. 

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